QUERATOCONO tratamiento, causas y síntomas.

El queratocono es una de las patologías más comunes de la córnea. Suele ser binocular y comienza normalmente durante la adolescencia pudiendo progresar hasta la 3ª-4ª década de vida.

Se trata de una deformación y adelgazamiento de la córnea, la cual va aumentando progresivamente su curvatura y adoptando una forma cónica, lo que produce una perdida paulatina de visión asociada a miopía y astigmatismo. El queratocono produce una mala calidad visual que no se corrige con gafas.

La rápida progresión hace que sea muy importante un diagnóstico precoz para valorar las distintas alternativas de tratamiento e incidir en los factores de riesgo.

¿Cuáles son las causas por las que se desarrolla?

En la actualidad no hay estudios definitivos que concreten específicamente las causas por las que se desarrolla esta enfermedad. El frotamiento ocular compulsivo, es un hábito presente en casi todos los pacientes que está íntimamente relacionado con el desarrollo y evolución del queratocono. También es aún más frecuente en pacientes con antecedentes de queratoconjuntivitis vernal, asma, atopia…

Es importante señalar que existe un componente genético que puede influir con diferente variabilidad en cada caso. Ésto toma relevancia a la hora de las pruebas de ‘screening’ que debemos hacer a los familiares de estos pacientes.

¿Qué síntomas tiene el queratocono?

Los síntomas más frecuentes asociados al queratocono son:

Disminución de la visión
Visión borrosa
Distorsión de las imágenes
Aparición o aumento repentino del astigmatismo (astigmatismo irregular)
Irritación ocular leve o moderada
Incremento de la sensibilidad a la luz (fotofobia)
Deslumbramientos.

Estos primeros síntomas de queratocono suelen aparecer sobre todo durante la adolescencia. La patología además no siempre se da en los dos ojos a la vez y cada uno puede evolucionar de diferente manera, siendo su progresión más o menos rápida.

Si se producen variaciones en la graduación de astigmatismo y miopía y no se pueden corregir mediante el uso de gafas, estamos ante otro síntoma indicativo de la patología.

El uso de las lentes de contacto mejora la visión porque éstas aplanan la córnea llevándola a su sitio, pero usando lentes de contacto sólo estamos dando una solución óptica al problema del queratocono, porque la córnea sigue teniendo problemas estructurales latentes.

¿Qué tratamiento hay para el queratocono?

Hasta hace unos años no existían tratamientos para frenar el avance del queratocono. En la fase inicial se podían corregir los síntomas mediante el uso de lentes de contacto. Una vez la enfermedad progresaba y presentaba una sintomatología más severa, la única opción era realizar un trasplante de córnea.

En la actualidad el tratamiento del queratocono va a depender de un diagnóstico precoz, ya que teniendo en cuenta la evolución de la patología podremos aplicar un tratamiento u otro.

Gafas o lentes de contacto: cuando el queratocono es incipiente y no afecta a la calidad de vida del paciente, muchas veces se opta exclusivamente por el uso de gafas o lentes de contacto correctamente graduadas.
Lentes semirrígidas: es el tratamiento más habitual cuando el queratocono genera astigmatismo irregular. Estas lentillas aplanan la córnea y la devuelven, hasta cierto punto, a su posición correcta.
Crosslinking corneal: este tratamiento se suele indicar en las fases iniciales o como complemento a los anillos intraestromales.
Anillos intraestromales o intracorneales: se utilizan cuando las lentes de contacto no se toleran o no proporcionan buena agudeza visual. Es una operación reversible y se puede combinar con el crosslinking corneal.
Trasplante de córnea: es la última opción de tratamiento y se aplica cuando el deterioro visual es irreversible y el queratocono no puede corregirse con otros procedimientos.

Prevención del queratocono

No existen medidas preventivas para evitar la aparición del queratocono. Eso sí, gracias a estos tratamientos se suele conseguir frenar su evolución o ralentizarla.

Las revisiones visuales periódicas son esenciales, especialmente cuando existen antecedentes familiares de la enfermedad u otros factores que puedan hacer sospechar de su posible aparición.

Las formas leves de queratocono no producen alteraciones visuales y sólo se diagnostican con estudios topográficos. En el caso de los queratoconos que evolucionan muy rápidamente, una detección precoz, especialmente cuando la enfermedad es prácticamente asintomática, puede evitar una mayor degeneración corneal y, en su caso, el trasplante de córnea.

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